Tus rutinas de mañana determinan tu energía y tu estado de ánimo para toda la jornada.
“Pierde una hora de tu mañana y te pasarás todo el día buscándola”.
Richard Whately, teólogo y economista inglés.
¿Cómo empieza tú día?
Cómo empiezas la mañana es un reflejo de todo tu día, y éste irá en función de cómo hayas aprovechado esas primeras horas. Si tu día empieza siendo caótico, irás todo el día con la sensación de llegar tarde de un lado a otro.
Muchos estudios y libros hablan de las bondades de madrugar y empezar el día cuando las aceras aún no están puestas.
Así comenzaban mis días
Hace ya tiempo que me obsesioné por la productividad. Específicamente cuando empecé a trabajar en mis propios proyectos a la vez que tenía un trabajo de jornada completa, vida social y cuidaba de mi salud. En este tiempo fui consciente de que antes de salir por la puerta de casa de camino a la oficina, necesitaba tener ciertas tareas hechas.
Antes de ser productiva, el ciclo consistía en algo como: levantarme muerta de sueño (fuera la hora que fuera), vestirme, desayunar, ir a la oficina, pasarme el día pensando en todo lo que quería hacer y todos los sueños que tenía, llegar a casa reventada, no hacer nada, y vuelta a empezar.
En un principio mi intención era trabajar por las tardes, pero al tener tantas ideas y deseos, me pasaba el día de forma improductiva en la oficina, haciendo mi trabajo a medias y soñando con todo lo que quería hacer. Esto me generaba un desgaste brutal a nivel psicológico, y cuando llegaba a casa ya no tenía energía ni inspiración para ponerme a trabajar.
Las rutinas se modifican poco a poco
Hubo un momento en el que decidí comprometerme en serio y empecé a madrugar, lo suficiente como para hacer algo de yoga, unos pocos minutos de meditación y poder trabajar en mí y en mis propios sueños durante al menos una hora.
Esto me hacía sentir dueña de mi tiempo y el resto del día en la oficina se me hacía menos pesado. Además, como ya había cumplido con mis obligaciones personales, en el trabajo estaba más centrada y al acabar el día me sentía bien y tenía más energía.
Con todo esto me di cuenta de que había más utilidad en los madrugones de lo que había pensado en un primer momento.
Son muchas las rutinas de mañana que se pueden crear, y probablemente cada cual deba adaptar la suya a lo que mejor le convenga. Por ejemplo, Benjamin Hardy se ducha con agua helada durante 5 minutos para activarse. Yo en vez de ducharme, prefiero simplemente beber agua para que mi cuerpo se vaya poniendo en funcionamiento.
Siempre estoy trabajando en mi rutina. Cambia y se adapta a cada momento de mi vida y no siempre la cumpla a rajatabla. Si lo hiciera, dejaría de escucharme y se convertiría en una nueva obligación.
¿Qué rutinas de mañana te recomiendo probar?
Beber agua/ducharse (5 minutos)
Es básico para empezar a despertarse, ya sea una ducha o simplemente beber agua, ayuda a activar el cuerpo y a nutrir las células. Parece una tontería, pero es el primer paso para poner el cuerpo en funcionamiento, y se nota.
Yoga (20-30 minutos)
Llevo ya un par de años utilizando Daily Yoga para hacer mis prácticas en casa. Para mi es la primera actividad del día, y aunque soy bastante perezosa y me cuesta empezar haciendo ejercicio, es la única manera de terminar de despertar mi cuerpo de verdad. Además me ayuda a estirar y me prepara para la siguiente tarea de la mañana, la que más esfuerzo me requiere, por el momento.
Meditación (30 minutos)
Soy una persona extremadamente nerviosa, imagino que en parte de ahí vendrá mi facilidad para desarrollar enfermedades autoinmunes. Mi cabeza puede estar en 20 sitios a la vez, aunque luego el multi-tasking se quede ahí, en mis pensamientos, y no aplique esa realización de tareas en la vida real. Esto hace que aumente mi agobio y mi estrés por no estar cumpliendo con mis objetivos impuestos, que suelen ser muchos y bastante elevados, y al final solo siento estrés, tristeza y frustración.
Por eso la meditación para mi es obligada, y a la vez un gran esfuerzo. Existen muchas aplicaciones para meditar que te ayudan a relajarte, centrarte y poner foco antes de empezar con el trabajo mental. He utilizado tanto Headspace (en inglés), como Lets Meditate (inglés) e Intimind (español). Ahora mismo estoy muy focalizada en la importancia de la meditación, y estoy haciendo el reto de 42 días de Peace Revolution.
Lectura/Estudio (30 minutos)
Aprender algo nuevo cada día afecta de manera positiva a nuestro cerebro. Si lo nutrimos de información, podemos cambiar nuestra manera de afrontar situaciones del día a día, podemos aprender a ver las cosas desde nuevas perspectivas. Romper con nuestros esquemas de manera diaria nos ayuda a darnos cuenta de que no tenemos ni idea de nada, sirve para dudar hasta de nuestra propia opinión, porque si hoy piensas verde y ayer pensabas lila, quizás es que existen más formas de ver y afrontar la realidad de las que te habías planteado en un primer momento.
Por eso es tan importante aprender, leer, estudiar, y así tener material para pasar al siguiente punto.
Escritura (30 minutos)
No solo existen rutinas de mañana, también las hay para antes de irse a dormir, y si algo coincide en ambas, es la lectura y la escritura, siempre ligadas.
Los diarios son una herramienta estupenda para plasmar aprendizajes, pensamientos, reflexiones, pero también para planificar y evaluar tu día. Escribir la noche de antes sobre lo que lograste ese día te ayuda a acostarte con un estado mental positivo. En mi caso, suelo escribir tres cosas buenasque ocurrieron, y a continuación anoto qué quiero lograr al día siguiente para así tener un propósito con el que saltar de la cama. Planificar mi día por adelantado es mi forma de auto-motivarme.
Por la mañana recién levantados el cerebro humano se encuentra en su momento de creatividad y energía más alto. Por eso, después de meditar y leer es el momento perfecto de flujo de pensamientos. Aprovecha tu libreta para anotar aquello que quieres lograr en el día si no lo hiciste la noche de antes. Anota las ideas que te han venido a la cabeza y reflexiona sobre ellas para ver hasta dónde te llevan. Escribe sobre tus propósitos, tus sueños, tus motivaciones, y nota como te llenas de fuerza para comerte el mundo. Es como recibir una charla de un gurú como Tony Robbins, solo que tú mismo eres tu gurú y tu coach personal, solos tú y tu libreta.
Escribir es terapéutico. A mi me ayuda a poner mi mente en su sitio, y a entender algunas de las emociones que siento. Hay veces que hasta que no escribes en un papel y empiezas a analizar las palabras que van surgiendo con la tinta, no eres capaz de ver el trasfondo real de todo lo que te ocurre.
“Comerse la rana” Eat the frog (60 minutos)
Esta es la parte más dura, pero para la que estás más que preparada. Comerse la rana (eat the frog) es una expresión inglesa que se refiere a que debemos hacer primero las tareas más importantes y complicadas, para las que requerimos de mayor esfuerzo mental.
Por la mañana es cuando tenemos más energía, y hemos gastado menos de nuestras reservas de fuerza de voluntad, por lo que es el momento óptimo para realizar esa tarea que es importante para alcanzar tus objetivos de desarrollo. Por ejemplo, si estás empezando a escribir en un blog, puedes usar este tiempo para redactar ese artículo que no sabes cómo ni cuándo empezar, o quizás lo que te cueste más sea montar la página web. Quizás estás haciendo un curso de fotografía pero nunca encuentras tiempo para hacerlo.
Utiliza este tiempo para tareas que te acerquen un poco más a tus metas, no para tareas administrativas como por ejemplo contestar emails, que son cosas que puedes hacer en otros momentos del día. No desaproveches tus picos de energía, y descansa cuando el cuerpo te lo pida.
¿Con qué rutinas decides empezar tu mañana?
Cómo empiezas tu mañana, y esos primeros logros que vayas consiguiendo marcarán tu estado de ánimo, tu humor, y cómo asimiles el resto del día. No es por el simple hecho de hacer muchas cosas desde más temprano, es el hecho de que esas horas en las que el mundo sigue durmiendo, tú puedes centrarte en tí sin que nadie alrededor te moleste. Te da tiempo para pensar, ejercitarte, conectar contigo misma, y preparar tu cuerpo y tu mente para hacer frente a la flexibilidad y velocidad de las situaciones y cambios que se nos dan a diario.